lunes, 26 de enero de 2015

Carta a mi hija

Hola H. Nos piden en el colegio que te escribamos una carta para decirte por qué te queremos tanto. La respuesta es muy fácil. Ser padres es lo mejor que nos ha podido pasar en la vida. Tener 3 hijos como vosotros es un regalo que muchas veces me pregunto si me merezco. Veros crecer, enseñaros cosas de la vida y del cole, educaros, darnos cuenta de cómo crecéis, de lo que aprendéis, de lo listos que sois, es la mejor aventura que hemos tenido mamá y yo en la vida. Cada vez que vemos como disfrutáis de las cosas que hacemos. Cada vez que nos damos cuenta de lo que crecéis, no solo de altura, sino de “cabeza”, para mamá y para mí, es como si nos tocara un regalazo que cayera del cielo. Cuando vemos que ya no hace falta recordarte todos los días que te hagas la coleta. Cuando vemos que tu hermano hace los deberes de hoy y de mañana porque sabe que mañana tiene tenis y no le va a dar tiempo. Cada vez que el pequeñajo se pone el solito el zapato en el pié que corresponde, nos llenamos de orgullo.
Pero H., ten por segura una cosa. Aunque fueras una plasta, una pelmaza que no hace más que protestar. Aunque fueras una envidiosa, una caprichosa o una egoísta. Aunque siempre tuvieras cara de “puerro” todo el día y todo te pareciera un rollo. Aunque estuvieras todo el día chinchando a los demás, o no pararas de mentirnos. Aunque hicieras todas esas cosas, te seguiríamos queriendo lo mismo. No estaríamos tan contentos, ni orgullosos. Probablemente nos estaríamos preguntando qué es lo que hemos hecho mal para que no estés creciendo como deberías. Estaríamos preocupados porque lo único que queremos es que seas feliz y que sepas encontrar tú misma la manera de ser feliz. Pero te querríamos exactamente lo mismo., Tienes la libertad para ser como te dé la gana. Mamá y yo siempre te vamos a querer. Eso no significa, ni mucho menos, que te vayamos a dar la razón en todo. Muchas veces discutiremos, y te regañaremos. Pero eso tampoco significa que nos tengas que dar la razón en todo. A veces nos equivocamos nosotros también, (aunque menos que tú). Por eso, tampoco digas que “sí a todo”. Si quieres algo de verdad, pelea por ello. No con los puños, pero sí con la palabra, sí con tu voluntad, con tu personalidad para decir “Esto lo quiero” o “Esto no lo quiero”.
Bueno, después de todo este chorreo, tan largo, lo único que quiero que tengas muy claro es que te queremos mucho y que no necesitamos ninguna razón para quererte. Y que siempre, siempre, siempre te vamos a querer, hagas lo que hagas, y seas como seas.
La suerte que tenemos Mamá y yo es que eres un solete, que te vemos crecer y madurar y convertirte poco a poco en una personita preciosa. Que nos hace super felices quererte y eso no te creas que ocurre siempre. A veces querer duele, pero eso es un tema para otra carta…
Nada más H, tú sigue así, crece, crece, que Mamá y yo te acompañaremos siempre e intentaremos ayudarte en todo lo que podamos.
Un beso gigante de tus padres

miércoles, 21 de enero de 2015

Miserias caseras


Aquí va una miseria casera. Primero dadle al play para poneros en situación y poned el volumen a todo lo que da. 

Pues bien, de vez en vez me pongo esta canción a toda tralla en casa. Cuando digo a toda tralla es con la rosca del volumen por su segunda vuelta. Me planto de pie en medio del salón, muy solemne, mientras empieza la intro con el sintetizador. Mi reloj empieza a ir hacia atrás. 

Cuando entra el mítico riff de The Edge, mi pie izquierdo empieza a tamborilear y uno a uno, despacio, los años van cayendo hacia atrás. Ahora entra el bajo y la batería, yo subo los brazos y empiezo a brincar, y la regresión temporal se va acelerando poco a poco hasta que, cuando Bono empieza a cantar, ya estoy en 1987, tengo 14 años y estoy en el Bernabeu pegando botes como un poseso, levitando, rodeado de locos sudorosos que berrean la canción igual que yo... 


...entonces entra mi hijo en el salón diciendo que se hace caca y vuelvo a la tierra... pero feliz como una perdiz.


Felicidad, que bonito nombre tienes

La pregunta que nos hacemos todos ahora, (hace 100 años no era tan importante) es cómo conseguir ser feliz. Se ha impuesto como una especie...